Médicos del Servicio de Angiología del Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos” del ISSSTE, salvaron no sólo la pierna, sino la vida de un derechohabiente quien presentó pie diabético y gangrena venosa.
Este riesgo está latente en al menos 16 millones de personas que viven con diabetes en nuestro país y de las cuales 7.2 por ciento presentan úlceras y 2 por ciento sufren algún tipo de amputación.
En el ISSSTE cada año se registran 97 mil úlceras y 17 mil amputaciones, desde un dedo hasta una extremidad completa, a estos pacientes.
Sin embargo, la historia de Octavio García Peñafort, de 58 años de edad, fue otra. La oportuna valoración y tratamiento de médicos del ISSSTE, así como el uso de innovadoras tecnologías de cirugía endovascular, evitaron amputación de su pierna derecha –la cual tenía 90 por ciento de riesgo), y lo salvaron de una muerte por trombosis pulmonar.
E cuadro de gangrena venosa que presentó Octavio era complicado porque desde octubre pasado, estaba en tratamiento de una lesión por pie diabético, que ameritó la amputación del dedo meñique y una cirugía profunda de pie para evitar reinfección.
Un mes después, el 28 de noviembre, el paciente acudió a urgencias con un cuadro clínico en la pierna derecha (misma de la lesión por pie diabético) con aumento de volumen en cuestión de horas, coloración violácea y dolor y en un ultrasonido Doppler encontraron gangrena venosa, varios coágulos en vena femoral que formaban un extenso trombo.
A su vez, la doctora Nayeli Sánchez Burgoa, residente de Angiología, informó que la trombosis venosa profunda, como la que afectó al paciente, reporta una incidencia en México de 150 mil a 200 mil casos por año; se estima que una de cada cuatro personas tendrá la patología a lo largo de su vida, además que en la tercera edad el riesgo de padecerla es cuatro veces mayor.
Ante ello se procedió a atenderlo con procedimientos endovasculares y tecnologías de vanguardia, como la trombolisis farmacomecánica con catéter EKOS, que permite la liberación de medicamentos para desintegrar los coágulos y emite vibraciones de ultrasonido para el mismo fin, a los siete días le colocaron un dispositivo dentro del vaso para restablecer la circulación”.
El propio Octavio compartió que fue diagnosticado con diabetes hace 15 años, pero no se controlaba, y luego de lo ocurrido, dijo, tomó conciencia “de que todo esto que padezco es a causa del descuido en mi vida: comer en exceso grasas y azúcares”.